OCHO

Ese día, 20 de Julio de 1970, en una pequeña caja de cartón, empaque las dos mudas de ropa que poseía. No me despedí ni de mi madre ni de mis hermanas, pues desde hace días no me dirigían la palabra, ni me servían alimento alguno, tampoco le avisé que me iba. Solo la gallada del coliseo me acompaño a coger el bus de la empresa Expreso Trejos frente al parque Bolívar, donde encontré una pantaloneta de baño. El tango "adiós muchachos compañeros de mi vida, barra querida de aquellos tiempos, me toca a mí hoy emprender la retirada...", resonaba en mi cabeza. En la caja llevaba el remedio "benzoato de bencillo" para combatir la infección de la piel conocida como "siete luchas", contraída en el bar social cuando estuve con una de sus empleadas. La rasquiña me hacía encerrar desnudo a rascarme y echarme el remedio.

Llegue a Cali entrada la noche. La oficina de "expreso Trejos" quedaba en la calle 15 con carrera 3. Aborde el bus "gris roja" para dirigirme al barrio san Cayetano. Mi padre vivía en una calle empinada, sin pavimentar que conducía a la iglesia del barrio. Le decían "calle caliente" por la música a todo volumen y la algarabía de la gente. Ivonne, la mujer de mi padre me recibió muy bien, al igual que Alba Lucia y Estela, sus hijas, a quienes había conocido de 3 y 4 años de edad cuando estuve en Cartago visitándolos. Tenían 12 y 13 años de edad. Me prepararon comida en la pequeña estufa de gasolina, me arreglaron el cuarto y después de bañarme y untarme el benzoato de bencilo me acosté a dormir.

Al día siguiente mi padre me llevo al SENA comercial, ubicado en la calle 13 con carrera 6, edificio Domínguez Vásquez, cuyo director era Hugo Velasco, pariente, hermano de Gustavo Velasco, esposo de mi tía Ángela. Me saludo muy formal y al preguntarme acerca de lo que me gustaría estudiar, le conteste electricidad, mecánica automotriz o alguna otra profesión técnica.

Me dijo que en ese momento solo había cupo para ingresar a estudiar auxiliar de contabilidad. Ese mismo día me presento ante el profesor Cesar Marmolejo e ingrese de inmediato a estudiar. Entre mis compañeros recuerdo a Carlos Humberto Bueno, Israel Trujillo, William Rodríguez, José Antonio Perea, Arbey Agredo, María Eugenia Gonzales, Julio (siete luchas), Luz Marina, María Estelia Sarasty, Etelberto (el gato de Bugalagrande), Wilson (del barrio Junín), Oscar Salazar (matera), Cecilia (de la unión de mujeres ciudadanas), Botero (de Medellín), Julián Collazos, Luis Alfonso Betancourt (vecino de Yumbo), Alfonso Hernández (lavandería América), Carlos Alberto Arango (socialista), Naranjo (el alemán), Marlene Escobar (la negrita), Mario Gómez (el mono).

Carlos Humberto era el líder del grupo, hacia chistes y proponía ideas. Se le ocurrió decir que José Israel Trujillo, el más pequeño del grupo, era hijo de Cecilia y mío. Cecilia tenía una mancha o lunar grande en una de sus mejillas y Humberto decía que era cáncer. Humberto no podía ver sangre porque se traumatizaba. José Israel vivía en el barrio república de Israel. Su familia pasaba muchas necesidades y cierto día una familiar fue asesinada apareciendo la noticia en el caleño. Me conversaba mucho, a pesar de su tartamudeo de origen nervioso. JOITRU era el seudónimo de sus dibujos que solía realizar como escape a su angustia existencial.

El profesor Marmolejo estudiaba contaduría pública en la universidad Santiago de Cali. Había sido mensajero y gracias a su esfuerzo personal y a la oportunidad que le brindo el SENA, se convirtió en un buen profesor. Tenía carisma y humanismo es sus clases. Gracias a él, a su ejemplo personal, a la calidad y dedicación de su enseñanza, le tome interés y entusiasmo a la contabilidad. El mismo nos propuso conformar una cooperativa, a la cual denominamos "COOPEXVA" (cooperativa de la promoción estudiantes XVA). La primera tarea fue redactar un boletín para expresar nuestras ideas y lanzar la campaña para dotar de biblioteca al centro de comercio y servicios. Tuvimos mucho éxito y nos colaboraron todos los compañeros y profesores.

Por intermedio del SENA conseguí patrocinio económico de Carvajal & Cía.., gracias a la gestión de Hugo Velasco, subdirector del centro de comercio y servicios, con Hugo Silva, primo de mi padre, quien trabajaba en esa empresa. Era ingeniero civil, hijo de Antonio Silva, tío de mi padre, también ingeniero civil graduado en la universidad nacional, condiscípulo de mariano Ospina Pérez, presidente de Colombia por el año 1950, por medio del cual el tío Antonio consiguió muchos proyectos como la construcción del puente sobre el rio "la vieja" en Cartago.

Con los primeros sueldos comencé a viajar a Buga cada ocho días. Me había reconciliado con mi madre y hermanas. Ellas se habían dedicado a realizar bailes para atender a sus novios y amigos. Yo visitaba a mis amigos de la gallada del coliseo, con los cuales me iba los domingos al río Guadalajara a bañar y los sábados por la noche me iba a bailar y tomar licor con diferentes conocidos. Regresaba a Cali los domingos por la noche, casi siempre llenos de viajeros. En cada viaje conseguía alguna compañera de sexo. Los buses urbanos siempre llenos también servían para hacer conquistas eróticas como una muchacha Pilar, quien con su trasero rozaba mi pene, haciéndome acordar de Lucia, la coqueta del Barrio Estambul en Buga cuando tenía 10 años de edad. Los teatros de cine continuo como el municipal de Buga también eran sitios de conquistas eróticas como una chica que conocí a quien le gustaba acariciarme el pene erecto, llegando a enamorarse de mí y proponerme irme con ella a otra ciudad, utilizando dinero ahorrado que le daba su padre. Era hija de una familia conocida de mi madre. Yo sin decirle que no, evite volverme a encontrar con ella. Entre mis planes no estaba comprometerme en matrimonio o unión libre. Ella me comparaba con un muchacho llegado de Cali que se llamaba Marco Bejarano de moda entre las mujeres de Buga.

Mi padre se trasteo a un apartamento en el cuarto piso de un edificio frente a la iglesia san Cayetano. Desde el, podía observar el patio de la casa de Iveth, una amiga de las hijas de Ivonne. Se mantenía triste porque la maltrataban. Yo le gustaba y me ponía a ayudarle a hacer sus tareas. Estaba de moda el corrido de Lucio Vásquez que se reproducía a todo volumen en una cantina en la esquina de la manzana contigua. Alfonso Hernández, compañero del Sena vivía en ese mismo barrio cuyos padres eran propietarios de la lavandería "América". Nos reuníamos para trabajar en la edición del periódico "COOPEXVA". Me contaba sus problemas y males, puesto que había sido operado colocándole una platina en el cerebro.

Por esos días estuve vacilando con una chica que había sido novia de mi amigo Oscar Barberi y quien me la había presentado unos días antes de venirme para Cali. Ella vivía por la carrera quince con calle quince. Nos vimos un par de veces y luego desapareció.

Con Trinidad Sánchez, estudiante del SENA en una promoción anterior tuve un romance clandestino pues tenía novio y ella no quería dejarlo.

En Diciembre de 1970, dando una vuelta por la feria, me encontré con Rubén García, de la gallada del parque del cementerio en Buga. Estaba trabajando en Cali. Me presento a Ramiro Arias, compañero de la práctica de lucha en la liga del valle. Con Ramiro hice buena amistad, era hermano de Sebastián, presidente del sindicato del SENA y dirigente socialista al igual que su otro hermano Aníbal, además poeta.

También me encontraba con Román a quien en Buga le decían Porky, de la gallada de Benito Rueda.

Otros profesores de SENA eran Cruz de matemáticas, quien no acompaño y ayudo a organizar el paseo a Buenaventura; la profesora Lucy de mecanografía y taquigrafía; la profesora Beatriz Cobo de técnicas de oficina; el profesor Arce de lenguaje español y de ética la profesora española María del Mar y al padre Guirar. Estos empezaron a tocar el tema social para sensibilizarnos, dándome oportunidad de exponer mi teoría revolucionaria a mis compañeros de clase, comparando a Carlos Marx con Jesús de Nazaret, la cual consistía en no eliminar a los ricos o que los pobres se volvieran ricos, sino de unificarlos en una sola clase trabajadora compartiendo este paraíso terrenal para el bien común, con amor, igualdad y paz, sin explotar el trabajo ajeno, ganándose cada quien el pan con el sudor de su propia frente. Con ese discurso quede marcado como revolucionario.

Con Carlos Alberto Arango, empezamos a reunirnos para estudiar marxismo. Su hermano era dirigente del partido socialista con mucha influencia en el sindicato d profesores y trabajadores del SENA.

Al comenzar el año de 1971, Cali se preparaba para realizar los VI juegos panamericanos. La agitación estudiantil crecía y se fortalecía. En Febrero, una marcha y pedreas en el centro de la ciudad obligaron a decretar el toque de queda permanente (estado de sitio). Me encontraba en las instalaciones del SENA comercial, ubicadas en la calle 13 con carrera 6 esquina, edificio Domínguez Vásquez. Eran aproximadamente las 2 de la tarde. Para llegar al barrio san Cayetano tuve que ir por calles donde no hubiera patrullas del ejército o policía. Mi madre preocupada envió un telegrama al SENA preguntando por mí, pues las noticias daban cuenta de la gravedad de la situación.

https://notasobreras.net/index.php/nacional/historia-de-colombia/490-a-los-40-anos-del-movimiento-estudiantil-de-1971-documentos

"...En Cali, El 26 de febrero de 1971, el gobierno de Misael Pastrana reprimió violentamente una movilización estudiantil que contaba con un amplio respaldo de la población. El 5 de ese mes había sido clausurado el colegio Santa Librada y el 7, en la Universidad del Valle se inició una huelga, en la que los estudiantes pedían el retiro del rector. Tras la toma del campus por el ejército cerca de 20 personas murieron bajo las balas del régimen en aquella fecha trágica, entre ellas el estudiante de ingeniería Edgar Mejía Vargas. Pocos días después, en el II Encuentro Nacional Universitario, reunido en Bogotá el 13 y 14 de marzo, delegados de las universidades de todo el país, públicas y privadas, aprobaron el Programa Mínimo de los Estudiantes Colombianos, el cual sirvió de derrotero al más masivo, claro, aguerrido y prolongado movimiento de rebeldía de la juventud que recuerde la historia nacional.

El Movimiento Estudiantil de 1971 cuestionó hasta sus cimientos el papel de la universidad en la sociedad colombiana. La crítica certera del coloniaje de las fundaciones norteamericanas y del Plan ATCON para la educación superior, trazado por los Estados Unidos, así como la bandera que levantó por una cultura nacional, le dieron al movimiento un carácter claramente patriótico y antimperialista..."

De mis amigos en Buga supe que José Benny había ingresado a la policía en la escuela Simón Bolívar de Tuluá. Alberto Jaramillo había sido detenido y torturado, estando en planadas (Tolima) trabajando con comunidades indígenas. Esa situación le trajo como consecuencia un desequilibrio mental de por vida.

La vida de mi padre era escuchar música popular tomando cerveza todos los fines de semana en la casa y en establecimientos de barrios. Tenían muchas amistades, entre ellas recuerdo a Gabriela, muy bonita bailadora excelente de salsa, hija de Alicia, compañera de Altalibar, hermano de Ivonne mujer de mi padre. Se suicidio muy joven, causando consternación en su familia y amistades.

En Marzo de 1971, mi padre decidió irse para Bogotá. Me regalo un pupitre. Me fui a vivir al hotel Central, ubicado enseguida del edificio del SENA por la carrera 6, compartiéndola con Alejandro Campo (payeyo), quien trabajaba con una prima. La pieza estaba ubicada en la segunda planta cuyo piso era de madera.

Por esos días habíamos armado un combo rumbero con Carlos Humberto Bueno, José Antonio Perea, William Rodríguez y Oscar Salazar. Cuando recibíamos el auxilio como aprendices nos íbamos a tomar cerveza desde por la tarde a los bares de la calle 15, sobre todo a "violines", "reno bar", "bar la 15", "pica piedra", "cosa nostra", todos de propiedad de "el grillo", uno de los primeros mafiosos de importancia en Cali, donde la prostitución juvenil era el pan de cada día. Después de escuchar música antillana en los sitios de la calle 15, nos íbamos para "Juanchito" a rematar la noche. Discos como "salchicha con huevo", "oye salome perdónala", "murga de panamá" y muchos otros empezaron a llenar de "salsa" en mi mente, cuerpo y alma.

José Antonio vendía "chance", juego de apuestas que en ese tiempo era ilegal perseguido por la policía. Vivía en el barrio Belalcazar y tenía pinta de "Tony", mota y zapatos blancos.

William era especie de resentido social quien vivía en el barrio obrero.

Wilson López era un compañero pesado al estilo de pepe cortisona en la tira cómica de "condorito". Se creía el más guapo y en un comienzo trato de montármela. Cierto día lo pare y desde entonces cambio de actitud y se convirtió en buena persona. En su casa del barrio Junín hicimos un baile para recoger fondos para la cooperativa y para integrarnos con las compañeras de secretariado auxiliar contable. El barrio Junín tenía fama de peligroso por las galladas sobre todo la del "mono crema". A esa fiesta invite a una compañera de otra promoción. Fui por ella al barrio Alfonso López. Nos montamos en un bus urbano. Cuando llegamos al baile ella se abrió del parche y no quiso bailar conmigo. Pienso que se desilusiono por la traída en bus. Las compañeras del secretariado también formaron parte de la cooperativa y con ellas realizamos varias actividades. Fuimos a Buenaventura, a COMFANDI Tuluá, y otros paseos y bailes. Entre ellas recuerdo a Mireya Terán, quien me gustaba mucho, Nury Herrera, Fanny Vinasco, Luz marina Gonzales, Gloria Higuita, Gloria del Carmen Ayala, Emperatriz (de ojos verdes), Luz Marina Rico, Amparo García, Luz Stella Betancourt, Doris Escobar, Luz Dary Mejía.

Arbey Agredo era buen amigo. Su padre tenía una fábrica de zapatos en el barrio Sucre. Cierto día tuve un disgusto con él y con José Israel por hacerme una broma que mal intérprete por mi estado de ánimo en ese momento. Alcance a tirarle un puño a la cara. La amistad se perdió. Con él y otros compañeros fuimos a la casa finca de Etelberto (el gato) ubicada en la vereda el overo de Bugalagrande.

En Junio de 1971, hicimos un acto en el salón de clases para despedir las dos primeras etapas teóricas para irnos a las empresas patrocinadoras a realizar la primera etapa productiva. Julio Gonzales trajo unos amigos del barrio aguablanca que estaban empezando a conformar una banda de salsa. Tocaron "...no salgas de tu barrio..." y el preso "...cuanto se desea la bonita libertad, por eso yo te aconsejo, no cometas tonterías la vida hay que gozarla vivamos todos en paz..."

Carlos Humberto bueno, como siempre, les monto la burla. También se burló de Carlos Alberto Arango cuando se puso pantalón y saco al presentarse a la empresa que lo iba a patrocinar, decía que era el de la primera comunión por lo pequeño que le quedaba.

Las compañeras hicieron un concurso para escoger el soltero del año, imitando un programa de televisión de la época. Los finalistas fuimos Carlos Humberto y yo. Finalmente fui elegido por la compañera Emperatriz.

Alejandro Campo (Payeyo), mi compañero de pieza, se fue a vivir a la casa de la prima. Estuve solo unos días hasta irme a vivir a la casa de Carlos Humberto Bueno, quien vivía con su abuela materna y una tía. Me acomodaron en la pieza de la cocina. Carlos Humberto era de Palmira, ciudad donde trabajaba su mama.

De Palmira vinieron a visitar a Carlos Humberto dos amigos, Carlos Mora y Humberto Tejada. Al presentármelos, Carlos Humberto me comento que tenían ideas revolucionarias. Le devolvieron un libro llamado "El llano en llamas" escrito por Franco Isaza, el cual me recomendó y prestó para leerlo.

Conversando con Humberto Tejada, me dijo que él había leído un libro acerca de Bolívar, del escritor, filósofo, diplomático y abogado colombiano Fernando Gonzales Ochoa de Medellín, inspirador del nadaísmo en Colombia.

Leí ambos libros con mucho interés. "El llano en llamas" se refiere a la guerrilla liberal de Guadalupe Salcedo y otros dirigentes liberales que se habían alzado en armas contra la violencia desatada por los conservadores para imponer su modelo de organización social. Estos guerrilleros fueron traicionados por los dirigentes políticos de Bogotá y entregados al gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla, siendo ejecutados sistemáticamente.

Ese libro se lo preste a Jairo López y a mi hermano. En una de las tantas idas a Buga, estando en el coliseo, Jairo y yo conversamos con Hebert Sedano, el cual nos propuso realizar tareas para recuperar armas y dinero para la revolución.

Los patrocinados del grupo por Carvajal & Cía., éramos Luis Alfonso Betancourt (vecino), María Stella Sarasty, Gloria del Carmen Ayala y yo. Conversando con Gloria del Carmen Ayala en la sala de recepción de la empresa, después del almuerzo, sin querer queriendo le propuse noviazgo, ella me gustaba, era bonita y seria. Me dijo francamente que no le gustaba y que el futuro no le preocupaba.

En Carvajal trabaje con un equipo conformado por Raúl Valencia, Ovidio y como jefe Jairo Rodríguez. Me tocaba inicialmente revisar y cuadrar las ventas del almacén de la calle 13. Luego estuve en presupuesto y por último conciliando Bancos con la última copia borrosa de los listados. A los pocos días observe que me estaba volviendo miope. El primer letrero que vi borroso fue el de "NORMA".

En los juegos panamericanos no asistí a ningún evento. Por esos días me encontré con Jorge Eliecer Triviño quien tenía un hijo con una empleada de Carvajal y vivían en el barrio la campiña.

Una secretaria muy bonita de Carvajal era novia de Luis Pablo Campo, hermano de Alejandro (Payeyo). Estaba enamorada. En su escritorio tenía una foto de él.

De la casa de Carlos Humberto me fui a vivir a la casa de la tía Ángela en el barrio la flora. Estaba recién separada de Gustavo, con dificultades económicas. Luz Helena, la mujer de mi primo Guillermo Arney Serna, la visitaba frecuentemente. Eran muy buenas amigas.

Por esos días falleció el señor Manuel Carvajal, fundador de la empresa Carvajal y Cía. Ltda. La secretaria encargada del funeral, me escogió para ser uno de los guardas de honor de féretro. Me disculpe inventado muchas excusas.

En Buga, mis hermanas Nury y Maritza estaban embarazadas. Nury de un hombre casado, Fernando, Compañero de trabajo en Telecom de mi madre. Maritza de Guillermo Molano.

El embarazo de Nury resulto una tragedia familiar. Maritza se casó por la iglesia católica. En Septiembre de 1971 nacieron sus respectivos hijos, Eduardo Arturo de Nury y Adela de Maritza.

Mi madre había conseguido una casa frente al parque del cementerio por la calle novena. Estaba realizando el trámite en Telecom para que le prestaran dinero con el fin de comprar la casa. El dinero no se lo prestaron teniendo que desocupar la casa e irse a vivir a una casa pequeña por la carrera 16 con calle catorce. Mi madre me rogo que le ayudara a conseguir una casa en Cali para irse a vivir allá. Carlos Humberto me recomendó con una tía, propietaria de una casa en el barrio Junín. Ella acepto a pesar de ser una persona estricta y desconfiada. En Noviembre de 1971 se hizo el trasteo. Con nosotros se vino a vivir Maritza por unos días. Mi madre y Teresa se quedaron a vivir en Buga, en un apartamento compartiéndolo con doña Soledad, madre de Víctor y Amparo Vizcaíno.

El hijo de Nury, Eduardo había nacido con un problema en los pies, eran torcidos o chapines.

El año de 1972 empezó con muchos problemas. El regreso de la primera etapa productiva había cambiado el comportamiento y la personalidad de los compañeros. <lo primero que hicimos fue liquidar la cooperativa. Tuve contradicciones con Julián Collazos al hacer la distribución del capital ahorrado pero lo hice de manera equitativa y todos quedaron satisfechos.

En uno de los tantos viajes de fin de semana que hacía a Buga, me encontré con Silvio Serna. Era estudiante del Instituto Técnico agropecuario (ITA) de Buga. Nos conocíamos desde la huelga del académico. Me pregunto la causa de mi alejamiento de la lucha revolucionaria. Me puso al tanto de la recién formada Asociación Nacional de usuarios campesinos (ANUC), me regalo revistas y me invito a participar en un grupo de estudio en Palmira. Invite a Carlos Humberto Bueno y Carlos Alberto Arango quienes asistieron una sola vez y no volvieron a las reuniones. A mí me intereso el grupo conformado por Carlos Mora, en cuya casa hacíamos las reuniones, militante de las células urbanas del Ejercito del Liberación Nacional (ELN), Plinio Archila, estudiante de medicina de la universidad nacional en Bogotá, pertenecía al partido comunista marxista leninista (PCML) y Fernando Uribe perteneciente a una familia distinguida de Palmira. Este grupo de estudio o célula política, hacia parte de la unidad estratégica a nivel nacional entre el PCML y su Ejército Popular de Liberación (EPL) con el ELN.

Leíamos mucho sobre el movimiento Tupamaro en Uruguay, Montoneros de Argentina, MIR de Chile, así como textos de economía política como el de Martha Harnecker, Althuser, Nikitin y otros.

Viajaba a Palmira cada ocho días haciendo un gran esfuerzo económico, ya que la situación en mi casa estaba difícil. Mi hermana Nury llevaba a Eduardo al hospital para su tratamiento de los pies. Afortunadamente conoció un médico quien le ayudo en todo hasta descubrirle una dislocación congénita de la cadera que lo condenaba a ser cojo cuando creciera. Gracias a su ayuda pudo ser operado cuando tenía 3 meses de edad. Estuvo enyesado e inmovilizado por casi un año. Me tocaba cuidarlo cuando Nury salía a realizar sus diligencias.

En Febrero de 1972 se dio, los profesores y trabajadores del SENA entraron en huelga. Se tomaron las sedes de la institución en casi todo el país. En Cali, el centro de comercio y servicios donde yo estudiaba, no se lo pudieron tomar porque los directivos, encabezados por su director Hugo Velasco y Pedro Muñoz, encargado de la disciplina, se quedaron adentro. De todos modos bloquearon la entrada principal por la calle 13, vigilada por estudiantes y profesores. Al día siguiente, Gustavo Vivas, destacado dirigente estudiantil de la universidad del Valle, arengo en contra del imperialismo Norteamericano frente a un grupo de estudiantes y curiosos que pasaban por la calle. Me puse de acuerdo con Carlos Humberto y otros compañeros para formar un comité de apoyo a los profesores. Tome el micrófono y convoque a una reunión de aprendices para formar el comité, diciendo que teníamos que salvar a Colombia de las garras del imperialismo Norteamericano. Después de formado, nos dirigimos al SENA agropecuario de Buga. Orlando Cobo era el presidente del consejo estudiantil y líder de la huelga. De regreso a Cali, tuvimos una reunión con los directivos que estaban dentro de las oficinas del SENA comercial para conocer sus puntos de vista y tratar de llegar a un acuerdo.

Por las noches hacíamos turno para bloquear la entrada. Connie, la compañera de Sebastián Arias, presidente del sindicato a nivel nacional y líder de la huelga, era una de las más entusiastas. Teníamos bloqueada también la entrada de vehículos por el sótano que daba a la carrera 6. En la víspera de una gran movilización que se estaba preparando por el movimiento estudiantil en Cali, como continuación de la lucha estudiantil comenzada en el año anterior 1971 y conmemorando la muerte del estudiante Edgar Mejía conocido como "Jalisco" y de la detención y tortura de la estudiante conocida como Vicky "la vietnamita", estaba en el sótano junto a la reja de la puerta, cuando pasaron a buscarme y saludarme mis hermanas Teresa y Maritza junto con mi hermano Marco, quienes habían venido de Buga a visitarnos a Mi hermana Nury y a mí. Estaban preocupados por las noticias que difundían los medios de comunicación. Después de que se despidieran, un grupo de los que estábamos bloqueando las entradas, nos dirigimos a la sede del sindicato de EMCALI a elaborar pancartas y boletines para la marcha del siguiente 26 de febrero de 1972.

Ese día cuando me dirigía hacia la plazoleta de san Francisco donde estaba concentrada el grueso de la marcha, las calles estaban tomadas por enardecidos manifestantes que estaban volteando carros y quemándolos. Participe en la revuelta ayudando a voltear y quemar varios carros, mientras en el atrio de la iglesia de San Francisco, Moritz Ackerman pronunciaba su discurso en contra del imperialismo y Guillermo León Vallejo arengaba a los manifestantes para que no cometieran actos vandálicos dejándose provocar por la policía. Era inútil, la rabia y el odio estaban desbocados. En una droguería cerca de la gobernación, estuve ayudando a que atendieran a unos estudiantes con diversas heridas, La calle 15 quedó como después de un terremoto. Allí me encontré con Mario Gómez, compañero del SENA, quien me pregunto que había pasado. Le conteste con mal humor como reprochándolo.

https://lapalabra.univalle.edu.co/index.php?option=com_content&view=article&id=105:un-perfil-de-tomas-quintero-la-brevedad-de-la-linea-de-tu-mano&catid=14:perfil

"...Nuestras luchas eran luchas abiertamente de izquierda, orientadas por un sentimiento de defensa de los recursos propios, en contra de la voluntad expansiva, creciente e invasiva del gobierno Norteamericano, de sus políticas de gobierno, en defensa al campesinado, en defensa de una autonomía. Nosotros estábamos organizados alrededor de la FEU, de la cual él y yo fuimos miembros, dice Hernán Toro, mientras Julián Pimentel recuerda:

Cuando yo estaba muy muchacho, en las luchas estudiantiles de 1971, yo era un estudiante de bachillerato, nos movilizábamos en secundaria, y nos dirigíamos siempre hacia la Universidad del Valle, que en ese entonces era en San Fernando. Una de las cosas que me sorprendió mucho, fue encontrar en las paredes unos fragmentos del poema que Tomás escribió a Tuto Gonzales: perdona, yo sé que lo sabías/ Que aquí es costumbre antigua/ Fusilar primaveras y asesinar gorriones/ Que no quieren jaulas. /II /Caíste en el silencio/ Con las a las plegadas/ Y claveles violentos floreciendo en tus hombros.

Tomás: la bandera roja ha comenzado a crecer de tus entrañas.

Eran dos los personajes; El Tuto Gonzales y La Vietnamita. La segunda, quien por la guerra que en ese entonces vivía Vietnam y sus rasgos orientales, fue designada como un personaje más de los que aparecían en la prensa. Su nombre real es Victoria Donneys, o como dice Hernán, Vicky. Líderes socialistas. Estuvo presa, fue quizás, la mujer más inteligente que yo he visto en toda mi vida, dice Umberto. Hernán comenta: Vicky extraordinaria, era una dirigente muy lúcida, muy provocadora, muy consecuente con lo que decía y hacía, muy cercana a todos nosotros. Y recuerda: -"Qiubo Tuto", y él: "Qiubo hermano" Era un muchacho estudiante de Popayán, dirigente del movimiento Socialista, que lo mataron en una manifestación a comienzos de los 70, hermano de un compañero nuestro del Universidad de luchas política que se llama Camilo Gonzales, que fue presidente la FEU..."

Por esos días también me encontré con el mono Cobo, estaba trabajando en horario nocturno en una imprenta. Con su hermano Héctor Fabio Cobo también me encontré cuando paso por la calle con una carreta vendiendo matas y tierra de capote.

Después de la huelga vinieron los problemas. Estábamos en el último semestre lectivo, antes de volver a las empresas patrocinadoras para realizar el año final de práctica. En ese último semestre lectivo, se realizaba la empresa didáctica para lo cual se formaban grupos de aprendices simulando y funcionando como empresas reales. La verdad era que yo estaba comprometido con el pensamiento revolucionario e inconformista con la sociedad y la situación de mi familia llena de necesidades no satisfechas adecuadamente. En la clase de sexualidad dictada por una profesora argentina, una rubia de buen cuerpo, opinaba ásperamente sobre el papel de la mujer en la sociedad al servicio de la ideología machista capitalista. Recibí muchas críticas desfavorables. También al analizar el movimiento hippie, movimiento contracultural juvenil surgido en los Estados Unidos de América en la década de 1960 y caracterizado por su pacifismo y su actitud inconformista hacia las estructuras sociales vigentes, en contra de la guerra del Vietnam y por la paz mundial, hice comentarios en su favor, destacando el hecho de su actitud cuando eran encarcelados por sus marchas, llenaban las cárceles de flores y fumaban mariguana como símbolo de integración con la naturaleza y tocaban música Rock, de contenido con mensajes de su pensamiento revolucionario.

Sentía que no era una persona grata para muchos directivos, profesores y algunos aprendices.

En el grupo al que yo me vincule en la empresa didáctica, se repartieron los cargos escogidos por el instructor de apellido Zuluaga, de ojos verdes, flaco y aspecto de mala gente, quien era el director de la empresa didáctica. Nombro como contador a mi compañero Luis Alfonso Betancourt y a mí no me tuvo en cuenta para nada. Cuando le pregunte que me correspondía hacer, me llevo a un cuarto en el sótano con archivo desordenado del programa para la promoción popular (PPP). No me dijo exactamente qué hacer y no supe cómo hacerlo. Comprendí que era un castigo por mi actividad en la huelga y una provocación, a lo cual decidí hacerles el juego para facilitarles la tarea de expulsarme. Subí a la empresa didáctica y me senté a observar la actividad de mis compañeros, en actitud desafiante. Cuando el señor Zuluaga me observo sin hacer nada, me subió donde el director del SENA comercial, Hugo Velasco y le anuncio que me suspendía por 15 días. Los compañeros trataron de defenderme y hacer un motín, pero les dije que lo mejor era esperar. A los días llego una carta de Carvajal y CIA., dando por terminado el patrocinio. Hugo Velasco, en su afán por ayudarme, me remitió al comité social, formado por el instructor de ética, la trabajadora social y el psicólogo.

Cuando me preguntaron que me pasaba no supe cómo responderles. Solo me atreví a decir que la formación de los estudiantes del SENA estaba orientada a fortalecer el imperio capitalista y que las empresas privadas compraban las conciencias de los estudiantes. El psicólogo enfurecido y energúmeno me dijo que yo estaba loco. El comité concluyo que tenía que someterme a un tratamiento psicológico para poder reintegrarme al estudio. Acudí a dos o tres citas con el psicológico, mas por burlarme de él y de escuchar sus métodos alienantes de lavado de cerebro. No volví y decidí retirarme del SENA.

A los pocos días me encontré con Hugo Velasco y le pedí el favor de ayudarme a conseguir empleo. Me cito en su oficina ubicada en el quinto piso del edificio donde funcionaba el SENA. Estando en la sala de espera entro a la oficina un señor vestido con saco de cuadros verdes y azules. Pensé que estaba hablando con la secretaria, pues una pared obstaculizaba mi vista y volvió a salir casi de inmediato. Al momento, la secretaria empezó a gritar que le habían robado mientras estaba en la oficina de Hugo Velasco director del SENA. Me miro con desconfianza cuando me anuncio que podía pasar a la oficina. Me quedo la impresión de haber sido un suceso programado para crearme complejo de culpa como parte de una estrategia de ablandamiento psicológico para doblegar mi voluntad y espíritu rebelde.

Por la cuadra de la casa donde vivía en el barrio Junín, había una gallada con la cual empecé a relacionarme. Una tarde me preguntaron que si tenía balón de futbol. Les preste uno que era de Guillermo, el esposo de mi hermana Maritza. Al rato me dijeron que lo habían botado. No les dije nada y eso les llamo la atención. En esa gallada tuve amistad con Ever, Henry, Jaime, y Armando. Parchábamos en la esquina a conversar. Ever había pertenecido a la gallada del temible personaje violento conocido como "mono crema", que se dedicaban al robo y al atraco. Se retiró por no estar de acuerdo con esa actividad. Se inclinaba más por el hipismo, el rock. Con él, con Jaime y con Henry estuvimos en un concierto de Rock que se celebró en Yumbo que duro tres días, durante los cuales aguantamos mucha hambre fumando mariguana y escuchando música de bandas venidas de todo el país como la banda del marciano.

Me dedique más tiempo al grupo de estudio político de Palmira. Con Plinio Archila formamos otro grupo en Cali, con Alejandro y Reynaldo. Alejandro estudiaba en la universidad Santiago de Cali, recurriendo a la delincuencia para pagarse el estudio. Madrugábamos a las cinco de la mañana a subir loma y realizar ejercicios de formación militar.

Con el grupo de Palmira íbamos de madrugada a la zona montañosa de la Buitrera. Había ciertas diferencias de criterios entre Carlos mora y Plinio Archila. Carlos Mora pensaba que la gente que hacia trabajo político de masas, debía también participar en la lucha armada. Cuando me consultaron estuve de acuerdo con Carlos Mora de combinar la teoría con la práctica política revolucionaria armada. Carlos Mora nació en la población Nariñense de san Pablo. Su madre, la señora Marina, lo trajo a Palmira a la edad de 9 años. La señora Marina era separada del padre de Carlos y vivía con Jaime, quien trabajaba con el departamento administrativo de la seguridad (DAS). Carlos tenía fama de inventar historias y le gustaba tomar trago de vez en cuando. Había comenzado un trabajo político con los trabajadores agrícolas en Guacari y otras zonas del Valle.

La última reunión dirigida por Plinio, nos puso la tarea de estudiar el libro de Lenin "La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo". Lo estudie y saque mis conclusiones por escrito. En la reunión citada para discutir las conclusiones, Plinio ya se había retirado inclusive del Partido Comunista (ML) y estaba ingresando al movimiento obrero independiente revolucionario (MOIR). Carlos se burlaba cuando nos comentó la noticia. Con Carlos nunca mas volvimos a estudiar. Cuando fui a buscar a Reynaldo me recibió muy mal y no quiso hablar mas conmigo y con Alejandro dimos por terminado ese grupo en Cali.

Por esos días nos visitó mi primo Guillermo Arney Serna quien nos ayudó en el caso de Eduardo con un médico amigo suyo, quien se interesó ayudando a mi hermana.

Mi primo Guillermo me llevo a trabajar en un negocio de repuestos para automóviles propiedad de un amigo suyo ubicado en la carrera 15 con calle 10. Fue mi primer trabajo como auxiliar de contabilidad. En ese sitio me encontré con ovejo, un amigo bugueño de la gallada del coliseo y del parque del cementerio. Estaba trabajando en una empresa de mantenimiento y reparación de ascensores para edificios.

La esposa del dueño del negocio era muy bonita y me conversaba con amabilidad. A los días mi primo Guillermo monto un negocio llamado "auto shop", venta de repuestos y servicio de desvare de automóviles, con un dinero que le presto su suegro de apellido Villegas quien era el dueño de una empresa nacional de fábrica de baterías para automóvil denominada "COEXITO". Eran 50.000 pesos. El primer balance contable que le entregue para llevarlo a Bogotá, le faltaba el valor del capital. Me llamo telefónicamente indignado diciéndome "imbécil, no pusiste el valor del capital"

De todos modos Guillermo me colaboro para empezar en mi profesión y en cierta forma el comulgaba con la revolución o el cambio social teniendo problemas en la universidad los Andes donde estudio Bacteriología por su posición antiimperialista. Me retire de este empleo pues no andaba bien y no tenía presupuesto suficiente para funcionar.

Estuve sin empleo mucho días por la falta de la libreta militar. Hugo Velasco trato de ayudarme para irme a estudiar al SENA de Bucaramanga tecnología de petróleos. Oscar Barberi me insistió en que le ayudara. Oscar y Gustavo Gómez, aburridos de vagar en Buga decidieron irse a trabajar a una finca en Medellín. A los pocos meses me entere de su trágica muerte en un accidente de la flota Magdalena. Su cuerpo estuvo mucho tiempo en un pueblo de Antioquia sin que nadie lo reclamara. Asistí a la última novena en una iglesia del barrio san Antonio.

En noviembre de 1972, desesperado por no conseguir trabajo, vendí unas cosas y empeñe un radio, para irme a Girardot donde mi padre y solicitarle me ayudara a conseguir la libreta militar.

Le entregue la boleta de empeño a Marco, quien se había venido de Medellín, donde estaba pasando necesidades, invitado por mi madre. De ida arrime a Buga a saludar a mi madre quien estaba viviendo en pequeño apartamento en compañía con la señora Soledad de Vizcaíno. Ella pensó que me iba para la guerrilla quedándose muy preocupada.

.Mi padre me recibió bien, pero estaba sin dinero. Le ayude a ofrecer el servicio de reparación y mantenimiento de televisores puerta a puerta para conseguir el dinero del almuerzo. En Girardot vi el reinado de Cartagena por televisión junto a unas vecinas muy bonitas que me coqueteaban. Mi padre me envió a Bogotá donde mi tío Luciano a ver si él me podía ayudar. Me recibió muy mal, note que no le permitía a Diego, mi primo, hablar conmigo y me negó la ayuda.

Desilusionado regrese a Buga. El bus, conocí a Dora, una pereirana compañera de puesto. Conversamos y luego empezamos a acariciarnos. Nos bajamos en Ibagué y entramos a un motel. Al pasar por Guacari, se montaron Carlos Mora y Fernando Uribe quienes estaban trabajando duro en la organización del sindicato nacional de trabajadores agrícolas. Fernando Uribe tenía el pelo de color mono, su familia procedía de Belén de Umbría y eran de pensamiento liberal. Sus padres tenían propiedades entre ellos el edifico de apartamentos donde vivían.

Seguí viajando con mayor frecuencia a Palmira. Los sábados después de salir del trabajo, llegaba a Palmira a la casa de Carlos Mora donde dormía para madrugar a las cinco de la mañana e irnos a entrenar física y militarmente a un sitio del corregimiento de Palmira denominado la Buitrera. Con Carlos entable una excelente amistad. En ratos libres íbamos a cine, de vez en cuando tomábamos cerveza en algún prostíbulo. Pero cada vez más, el compañero adquiría compromiso con la revolución. Doña Marina, la madre de Carlos me cogió mucho aprecio. Me comentaba su opinión sobre la política y la problemática social de una forma acertada.

Una noche salimos los tres, Carlos, Fernando y yo con engrudo en una olla a pegar afiches con la bandera de Vietnam apoyando su justa guerra de liberación contra los Estados Unidos de Norteamérica. Alguien aviso a la policía y una radio patrulla llego rápidamente por la esquina del final de la cuadra donde estábamos pegando los afiches. Corrimos cruzando la esquina inmediata. Carlos y Fernando trataron de alcanzar la esquina próxima, yo me escondí en la pared de la puerta de una casa. La radio patrulla paso por mi lado fijándose en los compañeros logrando cogerlos cuando intentaron esconderse en el antejardín de una casa. Estuvieron presos un día reseñándolos como comunistas.

Por esos días visitaba con cierta frecuencia a Riklia y Ruth Ackerman quienes estaban viviendo en el barrio San Fernando frente al parque panamericano por la carrera 34 con calle 5, donde funcionaba un restaurante y vivienda para universitarios. En una ocasión fuimos a un sitio denominado "punto rojo" en compañía de su hermana Ruth. Hablando de política con ella y su hermana Ruth, me preguntaron si era del partido comunista (ML), les dije que sí y me dijeron que éramos comunistas vergonzantes, porque nos daba pena reconocerlo públicamente. Tuvimos una conversación amena en la cual Riklia me contó que tenía un novio llamado Tomas. Nos dimos un beso en la boca al despedirnos. Otro día me cite con ella en la fuente de soda "Tropicana". Hablamos de casarnos por el rito de los Israelitas. Estaba dispuesta a casarse conmigo. Le dije que la buscaría cuando estuviera en condiciones y decidido a casarme con ella.

En Febrero de 1973, mi madre hizo un esfuerzo económico para ayudarme a sacar la libreta militar. Mi cuñado Guillermo trabajaba en la alcaldía de Buga, ofreciendo ayudar. Le dieron una plata a un sargento y me compraron gafas a mi reciente miopía con el ánimo de no ser apto por ese motivo. Mi madre aún vivía en Buga. Me presente confiado. Pase el examen médico. Tres días dure en el batallón Palace de Buga con las gafas en el bolsillo. Todo parecía perdido. La última noche antes de ser repartidos a otros batallones del país, prepare mi huida con la complicidad de unos guardines de la policía militar. Al día siguiente estaba en el grupo de los que se iban para Medellín. Reconocí al sargento con quien habían hablado y le pregunte si no me iba a ayudar. Me saco de la fila para dejarme ir a la casa. Contento llegue a Cali para darles la noticia. Mis hermanas estaban llorando pensando que ya estaba en el ejército. Me conmovió su aflicción y lealtad conmigo.

Con la recomendación de Hugo Velasco ingrese a trabajar en una empresa denominada "PROESA", que alquilaba equipos para la construcción ubicada en el barrio Troncal de Cali, sociedad anónima cuyo principal accionista era la firma "antioqueña de inversiones". Mi jefe inmediato era el contador Walter Brand, Héctor Rodríguez era el administrador, Rosa Elvira la secretaria y Gloria la paisita también auxiliar contable como yo.

En esa empresa conocí a Héctor Benavides, Jorge Eliecer Gutiérrez y Polania, 3 obreros con quienes entable conversaciones de carácter político. Por esos días Carlos Mora me invito acompañarlo a Guacari para realizar trabajo político. El grupo de compañeros estaba conformado por Carlos Sánchez, los hermanos Víctor y Mario Peña, el profesor Aguirre, Los hermanos Diógenes, Rosa y Melco Cotacio, los hermanos Acevedo, Carmelo y otros. El grupo era básicamente de trabajo y organización política sindical.

Decidí ingresar al colegio Miguel Camacho Perea a repetir el quinto de bachillerato. Allí me encontré con Lozano, primo de los Buitrago de Buga quien todavía estaba en la base aérea como suboficial, graduado mecánico de aviación.

Mi madre había conseguido el traslado de Buga a Cali y estaba viviendo con nosotros. Marco había comenzado a emborracharse de nuevo, a llevar amigos borrachos de noche a la casa. Una noche llego con un amigo que le había dado de comer en Medellín. No me dejaba dormir y me levante a buscarle bronca. Agredí a su amigo cuando iba a saludar a mi madre con un beso. Mi hermano saco una navaja para herirme. Le di un puño que lo tumbo al suelo. Dañe la radiola para que no volviera a utilizarla. Me fui a vivir a la casa de Gloria la paisita en el barrio "el dorado". Estaban construyendo la autopista sur y había que pasarla por tablas. Gloria tenía amores con Walter Brand.

En esa empresa PROESA alcance a conocer dos gerentes: el primero de apellido Gutiérrez y el que lo reemplazo un tal Vega de cabeza calva. Con el tuve un problema y me despidió. Le puse una demanda en la oficina de trabajo y la gane, teniendo que pagarme indemnización. Gustavo, el chofer de la empresa conocido como "piojito", era una especie de guardaespaldas. Trato de asustarme para que no pusiera la demanda. Al final terminamos de amigos dándome la razón.

Walter Brand y su señora fueron detenidos acusados de narcotráfico. La noticia salió en la prensa. Por esos días mataron al grillo y a los hermanos Toro de Buga quienes se habían quedado con una plata de los socios gringos. La derecha estaba desatada. Pinochet asesino a Salvador Allende, presidente socialista elegido legalmente, en un golpe de estado que desató una masacre contra los militantes de la izquierda y dirigentes populares.

Cerca de la empresa PROESA, en un sitio donde almorzaba, me encontraba con Carlos Sedano, hermano de Hébert y con Fabio Romero. No supe en que estaban haciendo. Al tiempo recibí la noticia de la muerte de Fabio Romero. También cerca a esa empresa sucedió un accidente entre 2 aviones de entrenamiento de la base aérea "Marco Fidel Suarez" cayendo encima del techo de unas casas, muriendo los pilotos que hacían las prácticas para graduarse.

En las noticias de diarios y emisoras profusamente se informó de un cadáver enmaletado encontrado en la bodega de un bus intermunicipal despachado como carga desde Bogotá hacia Cali. Se trataba de Jaime Azcarate, conocido en Buga como hippie enredado con el narcotráfico. Por esos días también mataron al hermano de Armando de la gallada del Junín por el mismo narcotráfico, como respuesta de los gringos.

Jairo López se vino a vivir a Cali con su compañera Luz Dary Yedala, hermana de Yedan Yedala, amigo de juventud de mi hermano, muerto trágicamente en el rio Guadalajara. Jairo entro a trabajar en un taller y estaba residenciado en el barrio panamericano. Allí nos reunimos en varias ocasiones para escuchar música y tomarnos unos tragos. Hablamos sobre la posibilidad de realizar algún proyecto ilícito para conseguir dinero.

Con Carlos Mora y Carlos Sánchez habíamos tomado la decisión de pasar a la práctica de la lucha armada. Se necesitaba conseguir dinero y recursos urgentemente para financiar la revolución. Había mucha gente a la expectativa con deseo de participar. Era necesario contar con un equipo de profesionales que se dedicaran 100% a la construcción del partido, al trabajo político de la organización popular financiados por la revolución. Estuvimos observando y analizando varios proyectos entre ellos el secuestro de personas. Se escogió la alcaldía de Palmira y durante varios meses estuvimos haciendo seguimiento y la elaboración del plan. Carlos mora incorporo al equipo a Jimmy, miembro político de la regional del partido comunista marxista leninista (PCML). Una célula del ELN le facilito a Carlos mora algunas armas y municiones para practicar. También un carro para hacer el recorrido de la ruta del plan. Carlos Mora estaba aprendiendo a manejar. En las prácticas de tiro Jimmy y yo éramos muy malos. Carlos Mora decía que teníamos que llegar a ser tan buenos como un grupo que el conocía llamado "los libertadores" que en realidad era uno de los embriones del M-19 que se estaban preparando en todo el país con mucha seriedad y capacidad organizativa, política y militar. Empezaron a llegarnos sus primeros comunicados.

El plan de la alcaldía de Palmira consistía en robar un taxi en Buga, llevarlo a Cerrito para dejar al chofer amarrado en un cañaveral prometiéndole dejar algún dinero dentro del taxi, dirigirnos luego a Palmira para la huida después del atraco que consistía en arrebatarle el maletín ala persona que transportaba el dinero, si oponía resistencia había que dispararle al estómago. Carlos Mora me designo para hacer esa tarea. Acepte sin ningún comentario.

Ensayando el recorrido con el carro prestado, acompañados de Carlos Sánchez, buscamos el sitio donde llevaríamos el chofer en un cañaveral de cerrito. El sitio estaba embarrado. Al tratar de girar el carro para devolvernos, sus llantas traseras cayeron en el barrizal y no encontramos forma de sacarlo.

Eran las seis de la tarde y decidimos ir a buscar ayuda a una vereda cercana. Alguien debía quedarse cuidando el carro. Con 3 palitos sorteamos que debía quedarse quien sacara el más largo. Me tocó a mí. Por un lado no vi la necesidad de que alguien se quedara, pues era un cañaduzal alejado de la carretera y de la población más cercana y además empecé a desconfiar de ser una trampa. Insistí en irnos los tres. A Carlos Mora no le gustó la idea reprochando mi futuro comportamiento en la guerrilla, pero aceptó a regañadientes y Carlos Sánchez se mostró imparcial. En la vereda conseguimos un tractor, logrando sacar el carro. Al otro día Carlos Mora y yo fuimos a Buga a buscar el taller de Jaime Echeverry para enderezar el guardabarros que se había hundido. Jaime me colaboro y conversamos un rato recordando la gallada del coliseo. Esa noche nos quedamos en Buga en la casa de mi hermana Maritza. Le conté a Carlos muchas cosas de mi vida en Buga; Sitios que frecuentaba, casa de cita, sitios de ambiente homosexual y algo de mi romance con Riklia y del saboteo a nuestro noviazgo por parte de mis amigos y de mi hermano. Carlos Mora era muy noble y todo se lo echaba a pecho. Sentía que podía confiar en él pues el también confiaba en mí, consultando mi opinión a todo momento.

El plan se estuvo aplazando en varias oportunidades. En uno de los intentos Salí de mi casa con algunos elementos para disfrazarme. En el Colegio Gimnasio Central del Valle de Buga nos reunimos para salir al otro día a realizar la acción. El vigilante del colegio era revolucionario. A Carlos Sánchez se le ocurrió decir que yo tenía cara de rico y seria fácilmente reconocible. Me unto la cara con solución o pegante de zapatería para simular ser una cicatriz. La solución me arranco un pedazo de piel dejando una señal que duro mucho tiempo en quitarse. Después de este suceso se creó un ambiente mutuo de desconfianza con ellos dos. Carlos Mora empezó a decir que no me veía muy bien, que tenía actitud de lumpen y me distraía con el sexo. Carlos Sánchez empezó a decirme el "clavador". Sin querer queriendo me estaban haciendo el cajón para sacarme. Jimmy callado escuchaba y observaba con atención. Empecé a conversar frecuentemente con él en Cali y analizamos la situación pues Carlos Mora se tornaba autoritario, burlándose y amenazando a los compañeros intelectuales que no apoyaban la lucha armada. Jimmy me decía que él pensaba que Carlos Mora sentía envidia y celos revolucionarios hacia mí. No le comente nada pero sentía que eso era verdad. Otro día que se fijó para realizar la acción yo tenía que llegar a Buga para encontrarme con Carlos Mora y Carlos Sánchez a las ocho de la mañana, abordaríamos el taxi y recogíamos a Jimmy en un sitio cerca de Palmira por la entrada a la Buitrera. Esa noche dormí mal amaneciendo con torticolis y estaba lloviendo muy fuerte. Decidí llegar donde Jimmy a esperarlos. Nunca llegaron y me sacaron definitivamente del plan.

En Diciembre de 1973 fui invitado a una reunión familiar la casa de Pedro Borja colindante con la mía. Pedro Borja pretendía a mi hermana siendo el casado y padre de cuatro hijos grandes, 3 mujeres y un hombre, aunque con su esposa no se entendían y dormían separados en cuartos diferentes. Mi hermana le correspondía. En la fiesta baile con la empleada llamada Elcira, era agraciada y me coqueteaba. Conversando con ella me dijo que dormía en la pieza que tenía un baño cuya ventana estaba pegada al techo contiguo al de mi casa. Me comento que tenía un vecino que era su novio y por la noche entraba por esa ventana. Le pregunte si yo también podía hacer lo mismo y me dijo que si pero que esa noche no porque había una señora durmiendo con ella. Don Pedro estaba brindando Whisky, hasta que me sentí mareado y me fui a dormir. Empecé a sentir un impulso incontrolable de entrar a la pieza de Elcira, sin acordarme de la advertencia de esa noche. Subí por el tejado pasando por el del vecino contiguo a la ventana de ella, era estrecha en forma rectangular. Estaba lloviznando. Cuando abrí la puerta del baño para entrar a la pieza la señora se despertó y como un gato Salí brincando y dañando tejas. Empezaron a gritar ¡ladrón¡ y afortunadamente no paso a más. Al otro día tuve que botar la piyama, la última que me quedaba marcada con el número de la base aérea.

Siempre tuve la impresión que don Pedro pertenecía a la base del poder oligárquico local del ala conservadora, que tiene sus garras en cada barrio, en cada cuadra para promocionar, financiar y negociar con galladas y bandas delincuenciales, utilizadas para imponer el terror entre la población civil, amenazar o empobrecer a sus enemigos políticos o económicos, asesinar dirigentes y líderes populares, sindicalistas, revolucionarios de la izquierda política. De alguna manera ejercía influencia sobre la gallada del personaje criminal conocido como alias "mono crema". Esta banda fue acusada de asesinar estudiantes y profesores de colegios cercanos bajo el pretexto de atraco común.

Mi hermano se hizo muy amigo de él y en varias ocasiones se emborracharon en nuestra casa, conversando sobre historia contada alrededor de famosos personajes, hechos y fechas aprendidas de memoria, compitiendo por quien sabia más. Mi hermano le decía abiertamente que yo era guerrillero, comunista, revolucionario, no sé si para denunciarme ante él o para ayudarme a conseguir simpatizantes y colaboradores.

En el año de 1974, Alfonso López Michelsen, del partido liberal, gana las elecciones presidenciales. Instaura un gobierno de centro derecha, permitiendo el ingreso al gobierno y al estado, de personajes de la izquierda y centro izquierda, y al movimiento sindical y cooperativo lograr avances y posicionamiento como fuerza social.

El año nuevo de 1974 me recibió reflexionando sobre el sempiterno ¿Qué hacer? A pesar de seguir convencido sobre la necesidad de la lucha armada, de construir un ejército que representara verdaderamente al pueblo y luchara por tomarse el poder social y colocarlo a su servicio, me veía más lejano de ser combatiente armado. Sentía la necesidad de conocer más de cerca la realidad nacional. Observaba que los dirigentes revolucionarios se apartaban del diario vivir de la gente del común, del pueblo, de su cotidianidad. Yo había descubierto un método, un sentido lógico natural, para saber al conversar con una persona, cuál era su posición ideológica,

Ya lo había planteado en el periódico COOPEXVA del SENA en la sección llamada "concientizando". Al tratar el tema de la pobreza, una persona de la derecha dirá que son unos perezosos, unos perdedores, unos "mantenidos", que se debía mantenerlos reprimidos y acabar con ellos cuando se ponen agresivos; otra persona un poco neutral dirá que son así porque Dios los castigo por no creer en él; que se gastan la plata en trago y vicio, que no les gusta estudiar; una persona de izquierda tendrá que decir que son víctimas del desarrollo del imperio capitalista que concentra toda la riqueza y el poder social en unas pocas dinastías familiares que representan la clase opresora.

En el tema del estudio, la derecha dice que es para personas superiores dotadas de inteligencia y por lo tanto representan la elite de la sociedad y por ser los mejores deben gobernar a los que no pueden estudiar; una persona neutral diría que se estudia para salir de la pobreza y llegar a ocupar un mejor estatus social; una de izquierda tendría que decir que la educación es un derecho social para logra construir la igualdad y la justicia social.

En el tema del dinero la derecha opina que es un privilegio de la clase dominante obtenido por ser seres superiores; una neutral piensa que se consigue trabajando honradamente; un revolucionario debe pensar que el dinero es un instrumento social para realizar el intercambio de bienes y servicios, conceder y medir los derechos y responsabilidades de las personas de acuerdo al Derecho social y al avance de la economía socialista.

El dinero es relativo y en el proceso revolucionario hay que conseguirlo como botín de guerra para financiar la lucha en su etapa inicial, antes de la toma del poder. Estando en el poder debe servir para construir la nueva sociedad de acuerdo a paradigmas y parámetros democráticos y equitativos haciendo posible la convivencia pacífica.

De esta forma, con las personas de pensamiento derechista no se puede conversar, es mejor alejarse de ellas evitando ser señalados; con las personas neutrales se debe hablar con cautela acompasando o adaptando la teoría para esclarecer su concepción o cosmovisión sobre la vida y la sociedad; con las personas de izquierda o afines es necesario entablar el diálogo directo buscando la identificación y asociación revolucionaria desde el diario vivir de cada quien. Es decir, concientizar al pueblo, a las masas, es conversar con la persona humana, con su espíritu, con su mente, entablando un dialogo sincero pero precavido, de acuerdo al interlocutor. No se trata de echarle discursos o frases rebuscadas, altisonantes, es comprometerse con la vida, con la realidad de cada ser humano que se cruza en nuestro camino hacia la búsqueda de una nueva sociedad.

Con los tres meses del quinto de bachillerato nocturno vistos en el colegio Miguel Camacho Perea, me sentí preparado para validar ese año ante el ICFES. Realice todo el trámite y presente el examen. Mientras llegaba la calificación, entre al colegio Alférez Real a estudiar el sexto año acelerado nocturno. Allí encontré a Luz Stella Betancourt, compañera del SENA, novia de Carlos Humberto Bueno quien estaba estudiando Contaduría pública en la universidad javeriana y por las noches dictaba clases en un instituto situado por la avenida del rio frente al hotel intercontinental. A veces la acompañaba para encontrarse con él. Carlos Humberto seguía formal y amable pero lo notaba más distante. Luz Stella me coqueteaba. En un paseo que hicimos cuando estábamos en el SENA al centro recreacional COMFANDI de Tuluá, estuvimos conversando animadamente. Ella me pidió que recostara mi cabeza en sus muslos, diciendo que parecía la de un pajarito. Seguramente mi cerebro estaba desencarnado de este mundo, en constante fusión atómica con tantos pensamientos, temores e ideas acumuladas. En ese mismo paseo, al regreso, me senté al lado de Doris Escobar, a petición de ella misma. Nos cogimos de la mano y entre broma y verdad, me dijo que yo le gustaba.

Una noche, de novelería a un atraco realizado en una joyería ubicada en el edifico COLTABACO, cerca de la iglesia la ermita, en el cual participo mi primo Jesús Santana, por lo cual estuvo en la cárcel varios años, la encontré. Estaba aburrida, se había casado y separado quedando con un hijo. Me pidió insistentemente que la llamara para vernos y conversar.

A los pocos días, busque un teléfono público para llamarla. Me contesto una señora con voz conmovida anunciándome que ese mismo día se había suicidado. Fui a saludar a su madre para darle mi sentido pésame.

En un bus urbano, conocí a una señora bonita, casada, quien vivía cerca de mi casa en el barrio Junín. Tuvimos un corto romance. Ella puso una heladería, con la intención de separarse de su marido, para vivir conmigo. También tuve una novia de familia huilense. Vivía con su hermana por la avenida sexta en el norte de Cali. Tenían una modistería en el barrio Bretaña. Mi hermana Nury trabajo con ellas un tiempo. Le gustaba un disco de Roberto Carlos que hablaba de un gato en la oscuridad.

Evadía comprometerme en esas relaciones, pues no estaba en mi proyecto de vida en ese momento, formar un hogar o tener relaciones estables de pareja.

Cuando llegaron los resultados del ICFES sin aprobar el quinto de bachillerato por una sola materia, química, deje de estudiar.

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